Adoptar un gato brinda la oportunidad de salvar una vida y brindarle un hogar amoroso a un animal necesitado. Además, las tarifas de adopción suelen ser más económicas que comprar un gato de raza y muchos refugios ofrecen gatos esterilizados, vacunados y microchipados.

Después de adoptar un gato, asegúrate de llevarlo al veterinario para un chequeo de salud completo y para establecer un plan de vacunación y desparasitación. También es importante proporcionarle un ambiente seguro y cómodo en tu hogar, así como dedicar tiempo para socializar y establecer vínculos con tu nuevo compañero felino.

Adoptar un gato implica darle un hogar a un gato que ha sido rescatado de un refugio, una situación de abandono o que está buscando un nuevo hogar debido a circunstancias personales del dueño anterior. Al adoptar, estás brindando una segunda oportunidad a un gato que realmente la necesita. Comprar un gato, por otro lado, implica adquirirlo de un criador, tienda de mascotas o vendedor, lo que a menudo fomenta la cría indiscriminada y puede contribuir al problema de la sobrepoblación de gatos y el abuso animal.